Hermandad de Sacerdotes Operarios |
La Hermandad de Sacerdotes Operarios Diocesanos es una asociación
de sacerdotes diocesanos que se unen para ayudarse como sacerdotes en el
camino de la santidad y para ser más eficaces en el ejercicio del ministerio.
El Operario es un sacerdote secular incardinado en su propia diócesis pero que, con permiso de su obispo, se vincula a la Hermandad para dedicarse a los ministerios que le son propios. Esto quiere decir que sólo los clérigos pueden ser operarios y para vincularse a la Hermandad hay que ser, al menos, diácono. El sacerdote operario sigue manteniendo una relación personal con su Obispo y con el presbiterio de su diócesis de incardinación y vive una incardinación afectiva con la diócesis donde trabaja mostrando una colaboración estrecha con el Obispo y los sacerdotes. Y tiene una especial disponibilidad y libertad para ir a trabajar a cualquier parte del mundo. La Hermandad de Sacerdotes Operarios Diocesanos fue fundada en 1883 por el Beato Manuel Domingo y Sol, conocido como Mosén Sol. Los objetivos que la Hermandad desarrolla desde su origen son:
En 1898 la Santa Sede reconoció oficialmente la peculiaridad de la Hermandad: sacerdotes seculares con vida común, por eso no fue hasta en 1927 que la Hermandad fue aprobada por la Santa Sede como Sociedad de vida común sin votos; y más tarde, en 1952, como Instituto Secular. Actualmente la Hermandad es una Asociación Pública Clerical de Derecho Pontificio, aprobada como tal por Benedicto XVI en 2008 y están presentes en Alemania, Angola, Argentina, Brasil, Cuba, España, Estados Unidos, Italia, Perú, Portugal, República Democrática del Congo, Venezuela y Zambia. |