Aunque no es el único
motivo, el origen de las guerras carlistas, que también fueron guerras
civiles, puede situarse en la lucha entre dos bandos. Por un lado, los Carlistas
defensores del reinado de Carlos Mª Isidro de Borbón y por otro lado, los Isabelinos
partidarios del reinado de Isabel II.
Ante la falta de
herederos, el Rey Fernando VII, tenía como sucesor a su hermano Carlos Mª y por extensión a la familia de éste.
Después de tres matrimonios sin descendencia, la cuarta esposa del rey, María
Cristina de Borbón queda embarazada. Ante esto, Fernando VII mediante la
Pragmática Sanción, nombra a su hija Isabel Princesa de Asturias y heredera
al trono.
A raíz de esto,
surgen las llamadas guerras Carlistas, que fueron tres:
Primera guerra Carlista – entre 1833 y 1840.
Segunda guerra Carlista – entre 1846 y 1849.
Tercera guerra Carlista – entre 1872 y 1876.
De interés, por
nuestros protagonistas, son la primera y la tercera.
La
primera - en la que es hecho
prisionero, a primeros de mayo de 1838, el Teniente Andrés Palacín. Como
miembro de las facciones carlistas de Basilio Antonio García, nuestro paisano,
es hecho prisionero en Béjar por la segunda División del ejército del Norte,
bajo el mando del General Ramón Pardiñas.
La
tercera – Que tiene como protagonista al Coronel Campano. El P. Manuel
María de los Hoyos en su obra (1), menciona al carlista Coronel Campano como
natural de Zarza.
Campano aparece en la
Alberca en la primavera de 1873. Su objetivo es movilizar esta zona de
Salamanca y Cáceres contra los Isabelinos. Para ello, busca apoyo en las
reclutas de reemplazo, para que se alistaran a la causa legitimista.
Establece su base en las Batuecas, y lleva consigo dos caballos, unos fusiles
y algunas alforjas con municiones. Con éxito logró formar una partida de unos
trescientos hombres. Fue abatido en Badajoz.
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(1) La Alberca, Monumento Nacional. Historia y fisonomía, vida y folklore. Madrid 1946
B.O.P.C.
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