IMAGEN DE LOS
MÁRTIRES |
Que
no hay nada que “construya” tanto la casa de El Infinito y la puerta de su
reino como el fuego que pretende destruir el lugar donde, en la tierra de
nuestro espacio tiempo, El Tres Veces Santo es alabado. El
inocente perseguido está siempre amparado en el seno de La Belleza. Porque la
persecución de la vida por los agentes de la muerte es siempre el intento
vano de herir a La Verdad. Pero La Verdad acoge en su seno de Belleza al
pobre desvalido, para transformarlo en resplandor de su luz increada que
ilumine el tiempo que habitamos ahora. Pero
yo, pensando estas cosas, ¿qué hago ahora con estas pequeñísimas fotos de
minúsculos puntitos que han aparecido en la pantalla de mi ordenador? ¿Qué
puedo hacer para decir en imagen que estos rostros, apenas visibles, son
ahora luz del mundo? ¡Total
temeridad! He dicho que voy a intentar crear esa imagen no sé por qué. Y no
sé por qué, pero voy a intentarlo: ¡Hablar
de su vida, de su muerte y de su gloria! Estos
rostros necesitan un cuerpo acorde con su momento, con el talante de tantos
que, como ellos, vivieron aquellas circunstancias. Y estaban ahí, preservados
del deterioro de los años, digitalizados en sus pobres condiciones, pero a
salvo en Internet. ¡Ya
tienen entera su figura, he encontrado sus cuerpos! Forman un grupo de
fraternidad serenamente invencible. Y también las armas que acabaron con la
vida de tantos como ellos. Las
pongo a sus pies, les prendo fuego, un fuego sin luz, unas llamas que sólo
destruyen aquello que no cuenta, proyectando oscuridades. Y sus casas
ardiendo. Las miro y no, no se queman, se elevan y se van haciendo una luz
infinita en la infinita luz de la Belleza. Y
en el centro de la composición, presidiendo y acogiendo en sí toda la escena,
el signo glorioso del poder que vence al mundo: La Cruz. A ella supieron
abrazarse estos cuatro testigos de la fe, ese don todopoderoso que tienen los
débiles para llegar a ser canto de alabanza eterna. Esa
Cruz en la que están integrados todos los colores que forman su blancura de
irradiación perfecta. Los colores de cada uno de estos cuatro combatientes,
armados todos ellos del perdón y la paz. La Cruz flanqueada de armoniosa
tubería que cantará por siempre su Himno de Victoria: A ÉL HONOR Y POTENCIA POR LOS
SIGLOS. AMÉN. ALELUYA SOR ISABEL GUERRA, MONJA CISTERCIENSE Y AUTORA DE LA
IMAGEN |
Zarza de Granadilla (Cáceres) El blog en el que se quiere compartir nuestra historia.
Bienvenida
Quiero hacer de este blog un lugar de encuentro. Si tú también quieres compartir nuestra historia común (fotos, documentos, testimonios...) puedes hacerlo a través del correo.
historiazarza@gmail.com
La idea es ir completando cada biografía, datos, efemérides, fotos... a medida que se vayan aportando nuevas informaciones. Por este motivo, necesito también vuestra colaboración y ayuda.
Gracias