Sres. del ayuntamiento
Constitucional y Junta de las Escuelas de este pueblo de la Zarza.
D. Juan Antonio Valencia, Maestro de
este mismo lugar, a ustedes hace presente que noticioso de una nueva solicitud hecha por
D. Isaac Gallego en la que ofrece algunas ventajas, según tengo entendido, me
ha sido forzoso poner las observaciones siguientes:
Siempre he manifestado una gran
complacencia cuando se ha tratado de los adelantos y progresos de mis
queridos niños por muchos conceptos, pues estoy muy unido a ellos con los más
estrechos lazos de amor.
Recordarán ustedes que en aquel día
solemne, día en que se celebraron los exámenes públicos de mis queridos niños,
en el discurso que dio principio producido por el niño José Cambero pidiendo
permiso a las autoridades y numeroso consenso; manifestó en uno de sus puntos
y les aconsejó que eligiesen maestros (--), que el que al presente les
dirigía se daba por muy satisfecho con tal que redundase en nuestra utilidad.
Ved aquí las palabras con que se expresó:
“No
dudéis del infatigable celo con que se dirige nuestro maestro, no admite
medio alguno que pueda redundar en nuestra utilidad, su reposo, su
tranquilidad, (---) la sacrificará en beneficio nuestro. Y si esto no es
bastante, elegid maestro a vuestro antojo, y tened entendido que el que al
presente nos dirige se dará por muy satisfecho con tal que redunde en nuestra
utilidad”.
Palabras bastante aproximadas de su afecto, palabras con
las que dio a entender de lo satisfecho que estaba de la voluntad de su
maestro pues era cosa de su propia utilidad.
No crean ustedes que al presentar yo
esta representación, me opongo a las palabras del niño; todo lo contrario, yo
mismo las ratifico, las repito y digo que desde luego me doy por muy
satisfecho con tal que redunde en la utilidad de mis queridos niños.
Pero cuando entiendo que las
ventajas hechas por los aspirantes solo hablan de economía, no puedo menos de
verme sumamente doloroso. Si el Gobierno de S.M. de la Excma. División de
estudios de las Diputaciones dieran lugar a estas ventajas, ¡Dios mío!, en
qué estado nos veríamos. A nadie nos son desconocidos que en otro tiempo
había otros medios para los hombres. Unos abrazaban el estado religioso y
otros el eclesiástico en el día aquel no existe y esto tampoco está como en
aquellos tiempos por cuyo motivo la mayor parte no teniendo a dónde dirigirse
se verá obligado a abrazar este ministerio de donde resulta el aumento de
maestros y con tanto escaso que llegará el caso de que haya maestros que
desempeñen este empleo por un pedazo de pan. ¿Y entonces, que nos sucederá?,
lo que ha sucedido siempre, que no haya ilustración, no sucederá. El gobierno
de S.M. está bien presentado de todo esto, así no dará lugar a que siquiera
haya un ejemplar.
Todo el mundo conoce que el premio
debe ser igual al trabajo y el trabajo al premio, no obstante que atendiendo
a mi solicitud hecha el día seis de este mes del año de 1842 y en virtud de
la cual fui admitido a desempeñar este ministerio ninguno puede hacer mayor
mejora pues en él se decía que se admitía con las condiciones y
circunstancias que el ayuntamiento y Junta tuvieran a bien como en efecto así
fui admitido y el ayuntamiento y Junta dispuso se me diera de situado los
1100 reales que dispone el Reglamento. Una cuartilla de trigo por cada niño y
media por escribir y una por escribir y contar cada mes. Exceptuando, los
niños pobres, que sin contar con el maestro, el ayuntamiento sabe a bien
designar.
Con todas estas disposiciones quedé
muy satisfecho, y del mismo modo hubiese quedado si hubiesen determinado que
las hubiese servido de balde. Mis pruebas tengo dadas, a ningún padre le he
pedido tan solo una vez lo que deban de pagarme.
La Junta misma, a quien está a cargo,
no dirán una solo vez que les he exigido una dotación.
Repito que ningún padre podrá ser
tan generoso cuando en todo me conformo con las disposiciones de ustedes y,
si esto es delito juzgáseme y, si no lo es atiendan a la utilidad de los
niños. En cuanto a esto, no me es permitido a mí dar pruebas, solo quiero que
traigan ustedes a la memoria el día 26 del mes de diciembre del año próximo
pasado de 1842, día en que se celebraban los exámenes públicos de los niños y
en ellos hallarán ustedes patentemente los adelantos.
Es verdad que fui aprobado
interinamente por carecer de Título y examen, pero fue con la condición de
que me había de examinar. Como con efecto así hice. Y al septiembre del año
próximo pasado, me presenté, recibí mis exámenes, y de cuyos exámenes resultó
haber salido aprobado.
Conozco que mi aprobación no está
con aquella legalidad que dispone el Reglamento, por haber carecido entonces
de Título. Pero, al presente, ya está vencido este obstáculo. Porque aunque
al presente no lo posea, hace tres meses atrás que tengo consignado mi dinero
en la Dirección General de Estudios, por cuyo motivo es lo mismo que si lo
poseyera, pues no están en ella poder atender a todo sin dilación.
Siendo esto una verdad tan evidente,
me parece que los señores del Ayuntamiento Constitucional y Junta, no deberán
admitir nuevas solicitudes mientras que a los maestros que estén desempeñando
sus empleos no se les prueben causas suficientes para que no puedan seguir
desempeñando sus empleos.
Para la deliberación de estas
razones, pido rendidamente al Ayuntamiento Constitucional, Junta Local y
personas que tenga a bien designar.
Zarza y 5 de
enero de 1843.
Juan Antonio Valencia
Sres. Del Ayuntamiento Constitucional y Junta local de la
escuela de este pueblo de la Zarza.
|
Zarza de Granadilla (Cáceres) El blog en el que se quiere compartir nuestra historia.
Bienvenida
Quiero hacer de este blog un lugar de encuentro. Si tú también quieres compartir nuestra historia común (fotos, documentos, testimonios...) puedes hacerlo a través del correo.
historiazarza@gmail.com
La idea es ir completando cada biografía, datos, efemérides, fotos... a medida que se vayan aportando nuevas informaciones. Por este motivo, necesito también vuestra colaboración y ayuda.
Gracias